La orientación laboral es un servicio cada vez más imprescindible. Eso es una realidad incontestable. El mercado laboral cambia continuamente y los estudios y conocimientos se quedan obsoletos enseguida. Vivimos un momento único en la historia en lo que predomina es el cambio y la incertidumbre. En un entorno así es importante dar a conocer nuestra labor, porque hay mucha gente que no sabe que es SER orientador/a. Eva Muñoz, comparte en primera persona y desde su propia experiencia lo que realmente engloba esta profesión (o vocación). Si conoces a gente que no sabe qué es eso de la orientación, esta entrada puede ayudarle a comprender.
Ya desde pequeñita tenía vocación de escucha y ayuda. Me preocupaba porque todas las personas no tenían acceso a cosas básicas, me gustaba escuchar a alguien narrando cómo había conseguido algo, me inspiraban las historias de superación personal y lucha.
Tras acabar mi formación universitaria, conseguí unas prácticas en un centro de empleo y desarrollo y tuve la gran suerte de tener una excelente tutora, que desde el primer momento me sentó a su lado, me hizo partícipe de sus sesiones y talleres y me acompañó en mis comienzos como orientadora laboral. Gracias, Belén García del Ordi.
Oportunidades de aprendizaje y desarrollo mutuo
Desde entonces, cuando me ha tocado ser tutora a mí, he procurado involucrar a las personas desde el primer momento, dándoles confianza y motivándolas en cada paso.
No he dejado (ni dejo) de aprender de todas las personas que me han acompañado en este proceso: personas participantes, aquellas con las que compartí proyecto y entidad y también a las que han coordinado/supervisado mis pasos, tareas y funciones. En general me he encontrado con personas generosas y agradecidas, aunque no todas han sido buenas y eso, también enseña.
Lo que he descubierto tras estos 20 años de experiencia es que SER orientadora laboral no es hacer tutorías o talleres. No es enseñar a hacer el CV. No es conseguir objetivos. No es la burocracia que nos come.
Hay una gran diferencia entre profesión y VOCACIÓN. El desempeño de la orientación laboral no siempre es valorada, creo que todos y todas hemos escuchado alguna vez “¿qué me vas a enseñar, a hacer un curriculum?” y menos aún remunerada adecuadamente, por desgracia trabajar en intervención social con y para personas no da lugar a un gran sueldo ni a una estabilidad laboral, sin embargo se obtiene una gratificación que ENSANCHA EL ALMA.
SER orientadora laboral:
Es recibir con una sonrisa y generar confianza en alguien que no te conoce, para que te haga partícipe de sus inseguridades, dudas, esperanzas. Acuden tras una citación de un programa, tras una derivación, no saben bien a qué vienen, … pero tras esa primera entrevista se van sabiendo que hay alguien que les va a escuchar sin juzgarles.
Es escuchar los titubeos, la falta de confianza, los miedos de una persona y ser capaz de reconducirla. “No me llaman para entrevistas”, “ni para unas prácticas me quieren”, “no veo ofertas de mi perfil”, y tras estas afirmaciones mostrarles que hay un camino que recorrer, que hay distintas formas de hacer las cosas y que son capaces de hacerlo.
Es personalizar, adaptar cada sesión a sus necesidades, acompañar a esa persona en la construcción de un camino que le acercará a su objetivo. No es contarle a todo el mundo lo mismo, es “escuchar” qué necesitan, ofrecerles información y herramientas y, sobre todo, aumentar su confianza y empoderar para que puedan lograr sus objetivos.
Es motivar (aunque la nuestra como profesionales a veces flaquee), hacer ver que pueden, que sus esfuerzos merecerán la pena, que son personas valiosas y que son capaces de mostrarlo. Es establecer un plan de acción, un método y una rutina personalizados.
Es hacerlas consciente de su talento, apoyarlas en el descubrimiento de sus habilidades, en el desarrollo de competencias. Facilitar el autoconocimiento, que identifiquen su propuesta de valor y que sepan mostrarla y “venderla”.
Es facilitarles información, dirigir sus búsquedas de formación y/o empleo en la caza de oportunidades. Hay más opciones de las que parece, hay otras formas de buscar empleo que contestar a ofertas en portales, hay formación subvencionada muy interesante.
Es estar ahí, ser paño de lágrimas cuando no hay contestación al envío de CV, animadora incondicional previo a una entrevista y compañera de alegrías tras la esperada llamada “has sido la persona seleccionada”.
Es ilusión, fuerza, alegría, empatía, energía, empuje, apoyo.